Rinoplastia
Cirugía de la nariz
Entre las causas más habituales de malestar en la percepción que tenemos de nosotros mismos se encuentran las alteraciones estéticas de la nariz. Bien sea por su forma o tamaño.
No existen dos rinoplastias iguales; con esta cirugía se busca adaptar la nariz a la estructura facial de cada paciente logrando una mayor armonía y equilibrio facial.
Es por tanto necesario estudiar cada caso de forma individualizada, explicando al paciente las posibilidades y probables resultados de la cirugía.
No hay que olvidar que la nariz tiene además una función como órgano respiratorio, por lo que tanto el aspecto funcional como el estético, deben de ser tenidos en cuenta por el cirujano.
El Procedimiento
Existen dos técnicas que permiten la corrección estética de la nariz: rinoplastia cerrada y rinoplastia abierta. Ambos procedimientos fueron descritos en las primeras décadas del siglo XX y según los casos puede estar indicada una u otra.
- La rinoplastia cerrada se realiza por dentro de los orificios nasales, a través de incisiones en la mucosa nasal. Por esas incisiones se accede a las estructuras nasales que se quieren modificar y que conformarán el nuevo aspecto de la nariz. Este procedimiento es el que más frecuentemente se realiza y no deja ningún tipo de marca visible.
- La rinoplastia abierta se realiza a través de una pequeña incisión en la base de la nariz y permite exponer los cartílagos de la punta y dorso nasal, facilitando una visualización directa de los mismos. Puede ser útil en casos complejos con importantes deformidades de la punta o narices que ya han sido intervenidas previamente.
En ocasiones la rinoplastia implica la modificación de la forma de la nariz añadiendo volumen a la misma mediante tejidos de distinto tipo del propio paciente. Esto sucede por ejemplo en narices con el dorso hundido. Estudiamos cada caso de rinoplastia personalmente, y dependiendo de la zona y el aspecto a tratar, le asesoraremos prevaleciendo los criterios médicos y los resultados.
Caso real
Esta paciente deseaba una nariz con un perfil más recto a la vez que disminuir su anchura.
Mediante una rinoplastia cerrada o endonasal se consiguió el resultado deseado, afinando la punta; todo ello con un aspecto natural.
Caso real
La presencia de un caballete o dorso nasal alto y una punta globulosa, como en este caso, son dos de los aspectos que se pueden modificar con una rinoplastia. El objetivo de la intervención es lograr una nariz de menor tamaño y que se adapte mejor al rostro. Todo ello sin signos de haberse sometido a una cirugía.
Caso real
Esta paciente presentaba una nariz larga con un dorso nasal alto y la punta descendida. Mediante una rinoplastia se redujo el tamaño, acortando la longitud y elevando la punta nasal. Todo ello permitió disminuir el protagonismo de la nariz dentro de las diferentes estructuras faciales.
Caso real
Esta paciente presentaba una nariz con pocos defectos pero deseaba suavizar el dorso nasal y reducir ligeramente su tamaño. Con una rinoplastia se logró una nariz menos angulosa, con el dorso recto y la punta ligeramente menos proyectada.
Caso real
La rinoplastia en hombres requiere un tratamiento diferente desde el punto de vista estético. Se busca, como en este caso, reducir el puente óseo pero a la vez mantener un aspecto masculino preservando las proporciones; la disminución del volumen no siempre es una prioridad. Además se corrigió la punta nasal ancha.
Preguntas frecuentes
No es una cirugía dolorosa. Los pacientes no suelen precisar analgésicos.
Prácticamente la totalidad de los pacientes son intervenidos bajo anestesia local y sedación, no presentando dolor alguno durante la cirugía. La sedación, administrada por el anestesista, les ayuda a estar relajados.
Los riesgos de este tipo de cirugía son mínimos. La presencia de un sangrado mayor de lo habitual es una complicación poco frecuente pero posible.
Al salir de quirófano se lleva una férula termoplástica que se retira al cabo de una semana. Habitualmente no se requiere de un taponamiento nasalaunque lo habitual es que no se recupere la respiración normal hasta pasados unos días; excepcionalmente puede ser necesario colocar tapones durante un período de 3 a 4 días.
Lo más frecuente es que los pacientes sean dados de alta una hora después de la cirugía siempre por indicación del cirujano y el anestesista. Aunque es muy poco probable, si se considerase necesario y siguiendo criterios médicos, los pacientes pueden quedar ingresados en la clínica.
Si bien es variable en función de la evolución postoperatoria y del tipo de trabajo que se desempeñe, se recomienda disponer de una semana, es decir, hasta el momento en el que se retira la férula.
La presencia de hinchazón y equimosis alrededor de los ojos y mejillas es relativamente frecuente. Su intensidad es variable entre pacientes pero es bien tolerado y se resuelve en pocos días.
La forma de la nariz al cabo de una semana es buena y el paciente podrá hacer una vida normal. El paciente apreciará cambios significativos si bien el resultado definitivo tarda en verse unos seis meses cuando todo el edema se ha resuelto.
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