Por qué es importante el uso de fajas tras una liposucción o una abdominoplastia
Por qué es importante el uso de fajas tras una liposucción o una abdominoplastia.
Buena parte del éxito de una intervención de cirugía estética reside en un adecuado postoperatorio.
En procedimientos de cirugía estética corporal como una abdominoplastia o una liposucción, el uso de fajas corporales o prendas de compresión en la fase postoperatoria ayuda a mantener los tejidos en su lugar y a acelerar el proceso curativo.
En Clínica Fernández cada paciente dispone de su faja con su talla específica, que se le coloca tras la operación, alrededor de la zona intervenida. El paciente deberá llevarla día y noche durante la primera semana, periodo en el que se aconseja reposo. A lo largo de la segunda semana de postoperatorio, se puede retirar la faja para realizar el aseo personal.
Las fajas postoperatorias se hacen con tejidos elásticos y están especialmente diseñadas para ejercer una presión constante en la zona sobre la que se ha intervenido, sin causar molestias. En condiciones normales estas prendas pueden limitar pero no impedir el desarrollo de las rutinas habituales.
Dependiendo del tipo de cirugía y de la evolución del paciente, el tiempo de uso de la faja varía, aunque generalmente se mantienen un mínimo de 4 a 6 semanas. Será el cirujano plástico quien indique el tiempo exacto de uso de este tipo de prendas, según el procedimiento y la evolución.
Beneficios de las fajas postoperatorias
La faja postoperatoria o prenda de compresión tiene como finalidad proporcionar el soporte adicional necesario para la adecuada movilidad del paciente, asegurando que se mantiene una postura correcta y favoreciendo el reposicionamiento de los tejidos durante la recuperación.
Entre los beneficios de este tipo de prendas se encuentran:
- Disminuir la aparición de hematomas: el acúmulo de sangre y suero en los tejidos es un riesgo que existe en cirugías corporales como la liposucción, la abdominoplastia o la cirugía de corrección de ginecomastia. La compresión que proporciona la prenda durante los primeros días del postoperatorio reduce las probabilidades de esta complicación. Por el mismo mecanismo se reduce la aparición de equimosis, los comúnmente denominados moratones.
- Menor frecuencia de infecciones: al acumularse menos fluidos en las zonas tratadas, el riesgo de sobreinfección de los mismos se ve disminuido.
- Menor tiempo de recuperación: la compresión de la faja optimiza la circulación sanguínea y linfática reduciendo la retención de líquidos. Así se evita que el organismo tenga que eliminarlos posteriormente, generando una mayor inflamación de la zona tratada. Este efecto de control sobre la inflamación reduce el tiempo de recuperación.
- Optimizar resultados: Al ejercer una presión uniforme sobre la zona intervenida se reduce el riesgo de que se formen ondulaciones o bultos en la piel, ayudando a que ésta se adapte al nuevo contorno.
La compresión que ejerce la faja, con frecuencia hace que el paciente se sienta más protegido y confortable pudiendo en ocasiones prolongar su uso debido al confort que ésta le proporciona.