Qué es la otoplastia
Clínica de cirugía estética en Gijón, Oviedo y Avilés.
Las orejas de asa o de soplillo son una malformación muy frecuente. Esta denominación hace referencia a una anomalía en la que las orejas se encuentran excesivamente proyectadas hacia afuera, confiriéndoles un aspecto prominente dentro de la fisonomía facial.
Las consecuencias de este defecto no son sólo estéticas; especialmente durante la infancia o la adolescencia. Puede ser el origen de dificultades para las relaciones sociales tanto en el entorno escolar como fuera de él, y en casos más extremos, de trastornos psicológicos.
Otoplastia. La cirugía de las orejas
La otoplastia es una de las intervenciones más habituales hoy en día. Su objetivo es corregir la posición del pabellón auricular aproximándolo al cráneo, mediante la reducción del ángulo que forma con la cabeza. Este procedimiento quirúrgico debe realizarse cuando el cartílago ya se ha desarrollado por completo, es decir, a partir de los 6 ó 7 años. Muchos de los pacientes que se someten a esta cirugía son menores con edades comprendidas entre los 6 y los 14 años, aunque es relativamente frecuente realizarla en pacientes adultos.
Si el paciente es menor de edad se recomienda a los padres observar la actitud del niño respecto a esta malformación, no debiendo insistir en realizar la intervención mientras éste no manifieste incomodidad o malestar con la situación: los niños conscientes de esta anomalía y que quieren operarse se muestran más colaboradores durante la intervención y aprecian más el resultado.
Aunque en algunos pacientes la deformidad sólo se da en una de las orejas, suelen intervenirse las dos para conseguir un resultado simétrico. Las alteraciones en las que se precisa reducir el tamaño de la oreja son menos frecuentes; existen técnicas que permiten tratar esta circunstancia.
Duración de la intervención
La otoplastia suele durar en torno a hora y media aproximadamente. Existen diferentes técnicas para llevar a cabo esta cirugía, aunque la técnica a emplear la decidirá el cirujano en función del problema concreto del paciente. La más frecuente consiste en dar unos puntos internos en la parte posterior del cartílago auricular, permitiendo plegar la oreja. El número y la localización de los puntos varían en función del caso. Este tipo de sutura interna no se reabsorbe por lo que la oreja nunca volverá a la posición inicial. Se trata por tanto de una intervención de resultados permanentes, que resulta muy satisfactoria para los pacientes.
Los puntos externos sí son reabsorbibles, por lo que no es necesario retirarlos. Tras la intervención se coloca un vendaje acolchado alrededor de la cabeza en forma de turbante o diadema. El objetivo de este vendaje es proteger las orejas durante los tres o cuatro primeros días tras la intervención, al final de los cuales se retira. Las cicatrices que resultan de la operación quedan perfectamente disimuladas detrás de la oreja.
¿Dónde se realiza?
La otoplastia, como cualquier intervención quirúrgica, debe ser realizada en un quirófano. Dependiendo del tipo de anestesia la operación se realizará en régimen ambulatorio o se dará el alta al día siguiente de la cirugía. En la mayor parte de los casos se emplea anestesia local por lo que no se requiere ingreso. En niños de corta edad suele ser necesario el uso de anestesia general, si bien hay casos en lo que pueden tolerar bien la aplicación de la anestesia local. De la misma manera hay padres que consideran que la anomalía no supone un trastorno importante para su hijo y deciden aplazar la intervención unos años para evitar que sean sometidos a una anestesia general, realizándola posteriormente mediante procedimientos anestésicos menos invasivos.
No se trata de una cirugía dolorosa; si los pacientes refieren dolor en las primeras horas tras la cirugía se debe de pautar la analgesia necesaria para evitarlo. Las primeras semanas tras la intervención el paciente puede referir una mayor sensibilidad al contacto o a la presión pero habitualmente no precisan ningún tipo de analgésico.
Durante el primer mes el paciente debe evitar cualquier actividad física en la que las orejas puedan doblarse. Pueden reincorporarse a sus actividades habituales aproximadamente a los 5 ó 7 días de la intervención (5 en el caso de los adultos y 7 en el caso de los niños). Siempre manteniendo la precaución respecto a las actividades físicas.
¿Existen complicaciones tras la intervención?
Las complicaciones en esta intervención son infrecuentes y escasas. Entre las complicaciones descritas se encuentran la posibilidad de desarrollar un hematoma, que puede reabsorberse por sí mismo o precisar drenaje, y de forma excepcional la infección del cartílago, que sería tratada con antibióticos.
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