Recuperación después del embarazo
Durante el embarazo las mujeres ven modificado el contorno corporal como consecuencia natural de los cambios asociados al período gestacional. Las variaciones en la forma del pecho, en la disposición de los huesos de la pelvis o en la musculatura abdominal son algunos de los elementos más característicos de esta etapa; además, tras el parto, el 80% de las mujeres presentan sobrepeso. Muchos de estos cambios se van atenuando en mayor o menor medida a lo largo de los primeros meses tras el alumbramiento. La recuperación después del embarazo es algo que muchas mujeres desean.
La capacidad de recuperación varía de forma significativa entre mujeres: la constitución física, el tipo de piel y los hábitos tanto nutricionales como de ejercicio, determinan la rapidez y el grado de dicha recuperación. Con frecuencia los cambios producidos durante el embarazo no llegan a resolverse de forma definitiva y pueden ser origen de disconformidad con la imagen corporal y de malestar psicológico. En estos casos puede estar indicada una intervención de Cirugía Estética.
Recuperación post parto ¿por dónde empiezo?
Con la gestación y la lactancia la glándula mamaria aumenta su tamaño y cambia de textura por el predominio del tejido glandular sobre el graso; además se aprecian modificaciones en la coloración de la piel y la areola debido a los cambios hormonales. La evolución de la forma y el volumen del pecho tras una gestación varían según los casos. Con frecuencia se aprecia un descenso en la posición de la areola, o ptosis, por la distensión de la piel. Puede existir, asociada o no a esta apariencia caída del pecho, una disminución en el volumen del mismo, generalmente más apreciable en el polo superior.
La intervención que permite elevar la posición de la areola se denomina mastopexia. Si el volumen de la mama es considerado suficiente, esta cirugía busca únicamente eliminar el exceso de piel sobrante. Si la mama presenta además una apariencia vacía, puede combinarse con un aumento mamario, de manera que las prótesis restituyan el volumen y la forma anteriores al embarazo. Por último, en aquellos casos en los que únicamente se aprecia una disminución de volumen, la colocación de implantes mamarios es el procedimiento indicado. En general para someterse a cualquier intervención mamaria tras un embarazo se aconseja esperar entre tres a seis meses tras el parto. Igualmente, de tres a seis meses tras finalizar la lactancia.
Otra de las alteraciones más frecuentes como consecuencia del embarazo es la flacidez abdominal. El aumento de presión intraabdominal produce la distensión tanto de la piel como de la musculatura a este nivel. La presencia de pequeñas hernias es relativamente frecuente tras la gestación, especialmente en el caso de embarazos gemelares.
Falicidez abdominal
La intervención que permite tratar la flacidez abdominal se denomina abdominoplastia. Este procedimiento permite eliminar el exceso de piel y recuperar la tensión cutánea; además si está indicado, se aproximan los bordes musculares hacia la línea media lo que mejora el contorno abdominal de forma significativa. En ocasiones los cambios asociados al embarazo son menos aparentes y el exceso de piel se localiza únicamente entre el ombligo y el pubis: en estos casos puede estar indicada una miniabdominoplastia.
Aumento de los tejidos grasos
Los cambios hormonales durante el embarazo, así como las modificaciones en los hábitos nutricionales, con frecuencia debidos a un incremento en las necesidades energéticas de la mujer, hacen que tras la gestación se observen cambios en el contorno corporal por la aparición o aumento de los depósitos de tejido graso subcutáneo. Estos acúmulos pueden desparecer con el paso de las semanas pero en ocasiones resultan difíciles de eliminar. Si a pesar de mantener unos hábitos saludables existen depósitos grasos localizados que son objeto de malestar para la mujer, el cirujano puede indicar la realización de una liposucción.
El procedimiento se realiza en una sola sesión y el resultado de esta cirugía es inmediato y muy gratificante para las pacientes. Sin embargo el cirujano debe de explicarle qué resultado es el que puede esperar según la zona a tratar y el volumen existente. Debe de tener en cuenta las aspiraciones de la paciente, desaconsejando la cirugía si considera que el resultado no va a cumplir sus expectativas.
La aparición de estrías es otro de los problemas estéticos más citados por mujeres que han sido madres recientemente. No existe actualmente ningún tratamiento que permita eliminar las estrías por lo que el abordaje de esta alteración, asociada a un adelgazamiento del espesor cutáneo, se centra en la prevención de su aparición mediante determinados productos que se pueden aplicar durante el embarazo.
El tiempo y el grado de recuperación de la figura estarán determinados en gran medida por factores como la genética o el estilo de vida. En Clínica Fernández lo sabemos muy bien. Sin embargo, cada vez es más frecuente que mujeres que han sido madres recurran a especialistas en Cirugía Estética en Asturias para que les ayuden a recuperar la figura previa al embarazo e incrementar así de forma significativa su autoestima.